lunes, 11 de junio de 2012

VISITA ILUSTRE (PARTE 3)

-Hola amor ¿qué pasó? sí, acá, obvio que llueve a full ¿Laura? está acá conmigo... no, no se quedó, volvió al rato que se largó... no, no le presté ropa, ni tuya ni mía... tu ropa le queda chica, la mía le va enorme- mientras, ella se levantó y se fue caminando a otra parte de la casa. Nadia me explicaba que hasta que no pare no va a volver y que la atienda bien a "mi amiga" (ahora la llama "mi amiga", como si no fuera amiga suya...). Cortó. Me levanto de la silla y voy a la búsqueda de Laura.
Me enceguecí.
-Gastón, vení a buscarme si es que seguís tan caliente conmigo como hace diez años-
-Si Nadia nos viera...-
-Nadia me chupa la concha, siempre quise hacer esto y nunca me animé. ¡Y no me mientas, vos también querés garchar conmigo!- acabó de decir esto cuando quedamos cara a cara en la puerta del baño. Abro la puerta y la tomé de la cintura. Le desabrocho el pantalón corto de jean con la otra mano sin dejar de mirarnos a los ojos. Ella se levantó la musculosa hasta el comienzo de sus tetitas. Y digo tetitas por su talle 85. 85-63-96 en un metro setenta y cuatro centímetros de altura... sí, me tomé el trabajo alguna vez de tomarle las medidas jugando... jugando... Seguía igual. Abdomen firme, piel suave, ni una várice. Dejó la musculosa así. Me clava los dedos en el culo y por fin siento sus labios. Por fin la beso en la boca.

-Por Dios, cómo te pusiste duro Gas, por fin voy a tener esa pija toda para mí-
-Cómo te deseo, Lau-
-¿Mucho?-
-Muchísimo-
-Haceme la pregunta que quiero oír-
-¿Cuál?-
-Vos sabés- pose de puta y otro beso.
-¿Querés... coger conmigo?- me miró intensa.
-Sí, Gas, sí quiero, quiero que me cojas, quiero coger con vos-
Nos metimos al baño y dejó caer el corto de jean. La bombachita violeta.
-¿Querés que te muestre lo que hice durante el tiempo que estuve sin coger?-
-Dale!-
-Son todos iguales, jajaja, a todos les gusta lo mismo-
-¿Con todos hiciste lo mismo?- iba a sacarme el pantalón y paró.
-¡No, todavía no! y no, no hice esto con todos- se sentó en el bidet con la bombacha puesta; se abrió de piernas, se mojó los dedos con su saliva y los llevó ahí. Se escondieron dentro de su bombacha y empezó a acariciarse los labios vaginales.
-Lau, me vas a hacer acabar, me gustaría que hagas eso en la cama-
-¿Por, porque tu mujercita no lo hace nunca, no te da los gustos?- me hablaba y seguía tocándose. No podía verle nada, se tapaba todo con la mano. Empezó a jadear y de pronto los pezones le explotaban bajo la ropa. Me acerqué y la besé. Laura me bajó el pantalón...
-Con razón tu mujer no te larga, mirá la pija que tenés ¿todo eso me vas a meter?- se arrodilló y empezó a besármela. Me soplaba la pija mientras con una mano se acariciaba la vulva, aún con la bombacha puesta.
-Basta, vení para acá- me senté en el inodoro y la senté arriba mío. Laura se levantó y se sacó la bombachita. Cuando se la vi depilada ya no daba más. Estiré mi mano y la toqué... chorreaba de flujo...
-¡¡La quiero toda ya!!- se acomodó y se dejó caer, se dejó penetrar de a poco. Empezó a gritar a medida que le entraba. Y yo también. Sentir su humedad y su calor vaginal era como tocar el cielo, y cuando la penetré toda empecé a bombear de lo lindo, pero despacito.
-Laura, qué hermosa concha-
-¡Qué placer!- empecé a acelerar los movimientos, me mojé un dedo y en medio del fragor lo llevé a su culo.
-No, ahí no!- decía. Apoyé mi dedo en su orificio anal y empecé a masajear. Laura empezó a transpirar a lo loco a medida que mi dedo empezó a entrar.
-¡Sacate la musculosa, quiero tus pezones!- en un movimiento bien de film porno se la sacó y al fin la tenía toda desnuda. moví la cabeza y le pasé la lengua por sus rosadeces.
-El dedo, Gas, por favor- entendí que lo quería adentro del orto. Así que de una se lo metí todo y ya no pude más. Pegó un grito y yo acabé adentro de ella. En cuanto sintió mi semen se quedó dura, puso las manos en la nuca y se desplomó sobre mi pecho. Nos besamos y nos reímos de nuestra transpiración y de estar sentados sobre el inodoro de mi baño, en bolas y llenos de olor a flujo y guasca.

-¿Contenta?- le acariciaba las tetitas.
-Qué alivio, tantos años fantaseando con este momento y ya pasó, fue hermoso-
-Hubo un problema-
-Todo calculado, tengo un DIU puesto-
-Ufff, menos mal, lo que faltaba era que te embarace-
-¿Me creíste boluda acaso, boluda como tu mujer? hace 1 año me lo puse- se paró y abrió la ducha.
-Lau, sos hermosa, estás re buena, mirá el cuerpo que tenés-
-¿Eso incluye las tetas?- estaba acomplejada de sus pechos talle xxs.
-Todo, no te tocaría nada, ni una silicona. Y ese culo...-
-Y vos no te quedás atrás, estás re fuerte ahora-
-¿En serio?-
Sí, me gustabas antes flaquito, ahora que estás más atlético ni hablar, me mojo sola- me paro y me acerco a la ventanita. Sigue lloviendo.
-¿Y si te gustaba, por qué no me dijiste que sí entonces?-
-¡Qué se yo, tenía un mambo! no estaba convencida de lo que quería, y creía que lo que quería estaba mal, que a mis viejos no les iba a gustar mi elección, o que estaba equivocada. No me mires así, estaba mal, no loca, y ahora me quiero matar-
-Matarte ¿por qué ?-
-Todo este tiempo me seguiste gustando, boludo. Por eso ¡¡qué envidia le tengo a Nadia, la puta que la parió!!-
-Pero Lau ¿tanto costaba decir "sí"?-
-¿A vos te pasa lo mismo?-
-Claro que me seguís gustando y acá estamos los dos: en bolas en el baño de mi casa-
-Te pasa lo mismo-
-No me contestaste si tanto te costaba decirme que sí-
-Ya que me contestaste, te contesto: sí, me costó animarme y me costó perderte. No supe decir que sí-



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